Para las antiguas civilizaciones, tribus y clanes que recorrían el mundo y utilizaban los conocimientos esotéricos como parte de su día al día, el uso de la magia estaba en manos de todo ser vivo, sin embargo para llevar a la práctica ciertos rituales, ceremonias y conjuros era necesario que aquellos practicantes fueran formados a lo largo del tiempo, ya que una práctica irresponsable ponía en desequilibrio al propio cosmos.
Hoy en día vemos series de televisión, obras literarias y películas inspiradas en temas esotéricos y sobrenaturales, en las cuales nos muestran el uso de ciertos rituales y conjuros para invocar antiguas entidades o podernos proteger de las mismas, pero a diferencia de producciones más antiguas, hoy vemos que se utilizan símbolos, sigilos, elementos y conjuros que realmente pertenecen a lo que se puede considerar la magia real.
Para muchos iniciados en estas temáticas, la exposición abierta e indiscriminada de este tipo de información no solamente es irresponsable por parte de los realizadores, sino que incluso puede formar parte de una conspiración que busca el desequilibrio energético de nuestra existencia buscando que el caos sea la fuerza preponderante en nuestra realidad.
En la magia, así como en muchas disciplinas, artes y profesiones que conocemos hoy en día, la formación y la adquisición de conocimiento es indispensable, sobre todo para hacernos conscientes de los actos y sus consecuencias en los directo e indirecto, en lo micro y en lo macro.
Para muchos de los seguidores de la magia del caos, al fomentar el desequilibrio llegaríamos a un punto donde todo se vería devorado por el caos y terminaría purificándose llevándonos a una nueva etapa de conciencia más clara de la propia magia, pero esta tesis propuesta por Aleister Crowley se encuentra incompleta, y en la realidad todo acto que realizamos desde lo psicológico o desde lo mágico siempre genera una consecuencia inmediata para mantener la balanza, y es quizás el único afectado por estas fuerzas el caos el practicante y no el cosmos en sí mismo.
Realizando esta suspensión de la incredulidad y creyendo en las fuerzas y poderes sobrenaturales, y como bien dictaban las antiguas civilizaciones, todo ser viviente está conectado a la magia y su práctica, hoy en día todos ya sea de forma consciente o inconsciente tenemos habilidades natas y otras tantas las vamos desarrollando, y es por lo mismo que el acceso a una información poderosa sin una preparación previa puede despertar energías a nuestro alrededor o si se ve desde lo psicológico, mover telarañas mentales, traumas escondidos y traerlos hacia la luz.
Durante el programa hablamos sobre nuestras habilidades y su conexión con los elementos, la importancia de conocer los minerales, la botánica, nuestros puntos de energía y también el conocernos a nosotros de forma constante para mantener un enorme crecimiento, alejándonos de caminos rápidos con cursos de cinco minutos, supuestos gurús o coaches espirituales y sobre todo de aquellos que garantizan una conexión directa con lo divino por medio de plantas sagradas sin realizar rituales y procesos como en la antigüedad se entendía.
¿Tienes más información que nos quieras compartir, sugerir alguna otra temática o simplemente ponerte en contacto con nosotros? No tardes más, queremos escucharte.
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