#Misterio3 El Camino Rojo #QuédateEnCasa


En la actualidad existen diversos grupos esotéricos o incluso sectarios que nos hablan sobre un camino rojo que nos llevará la conocimiento y por el camino del amor, sin embargo la distorsión de la realidad, las modificaciones con uso de mercado de ciertas costumbre y sincretismos, solamente nos ponen sobre la mesa técnicas de superación personal dejando muy de lejos el verdadero camino esotérico, espiritual y ritualístico de las antiguas sociedades.


El Camino Rojo es en realidad un rito de iniciación de algunas de las culturas nativo americanas, más allá de buscar la iluminación de sus practicantes, era en realidad un ritual de transición de la infancia a la adultez, de ser un crío de la tribu y convertirse en un integrante útil para la comunidad. A través del mismo se buscaba por medio de un ritual con una duración de casi tres meses, preparar desde lo mental, lo espiritual y lo físico a cada miembro de la tribu.


Este rito de iniciación no buscaba la conexión con los dioses, no buscaba que sus practicantes encontraran el sentido del amor y mucho menos que estuvieran en una paz con el universo y así adquirir toda su abundancia, todo estos serán conceptos que llegaran a deformar la realidad primero con la filosofía del New Age y posteriormente con el mercantilismo espiritual y esotérico.


Los niños y niñas de la tribu eran apartados de su comunidad por una luna y dejados en el bosque o en el desierto completamente solos y a su suerte, para que aplicando los conocimientos que iban adquiriendo desde la infancia lograran su supervivencia y desarrollaran su habilidades de conocer y adaptarse a su entorno. Si estos infantes contaban con el conocimiento y las habilidades suficientes, entonces sobreviven y regresan con su tribu, de lo contrario se perderían y lo más seguro es que fallecerían. Una vez superada esta prueba regresaban con la comunidad y eran recibidos y cuidados por los sabios de la comunidad, ahí se les enseñan nuevos conceptos, nuevas conexiones con el entorno y también se les alimentan de forma especial para llegar a la tercera fase del ritual. Tras pasar esta otra luna se realizaba una gran celebración, que duraba casi un día completo donde la fiesta, las danzas, los cánticos y la integración con la comunidad era absoluta, y en el momento cúspide de ella junto con algunos elixires estimulantes se les presenta a sus guías elementales, su animales de poder, sus guardianes y ahora son sometidos a la prueba final, una tarea, una misión, ya sea cazar un animal, conseguir un fruto específico, o algo que venga relacionado a la interacción para la que está pensado en el futuro dentro de la tribu, contando con tan solo tres días, en algunos otros documentos se habla de una semana, estos jóvenes deben enfrentar nuevamente las adversidades, pero ya en conexión con la naturaleza.


Si no morían en el intento y regresaban a la tribu con las manos vacías en algunos casos eran relegados y en otras ocasiones podían volver a realizar el Camino Rojo para encontrar un lugar en la comunidad 13 lunas después. Aquellos que sobreviven y logran su objetivo, ya eran miembros activos de la tribu y nuevamente comenzarian otros rituales y otros caminos de iniciación hacia la tarea que tendrán que realizar dentro de la comunidad.


Es así que cursos o retiros de fines de semana donde se nos ofrece la ingesta de alguna posición o planta de poder, algún baño temazcal y la conexión con nuestros guías y estar en contacto con el amor universal es solamente una charlatanería bajo el nombre de un ritual de iniciación con un fondo y una finalidad. 


El amor es un camino, Sí. El universo vibra en el amor, No. Los rituales y caminos iniciáticos de la antigüedad nos enseñan que son la preparación del ser humano ante el caos, ante la violencia del universo, de la naturaleza, de la existencia misma y el tratar de sobrevivir y hallar la armonía en ello.


¿Tienes más información que nos quieras compartir, sugerir alguna otra temática o simplemente ponerte en contacto con nosotros? No tardes más, queremos escucharte.


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